viernes, 6 de mayo de 2011

¿Accidentes?

El otro día estábamos platicando, mi mamá, mi hermana, mi novio y yo. En un momento determinado la plática nos dirigió a contar sobre ciertos “accidentes” que conocemos. Lo que me hizo reflexionar, hasta qué punto se puede llamar accidental a un descuido.

Se mencionó que hace poco un señor salía de su garaje en su automóvil, salía de reversa y al avanzar unos centímetros, sintió como había pasado sobre algo. Al bajar del vehículo se dio cuenta que no era un algo cualquiera, era su hijo de menos de un año de edad, al que había arrollado y lamentablemente asesinado.

Los descuidos que saltan a la mente son: ¿Por qué el bebé se encontraba solo, sin vigilancia y en el exterior de la casa? Cuando aprendemos a manejar nos hacen mucho hincapié en espejear constantemente, observando a los lados, arriba, e incluso la parte inferior del auto. Lo que queda claro es que no existe la mínima posibilidad de que se haya hecho intencionalmente, pero se pudo haber evitado.

En otra ocasión, un señor guardaba una pistola en un cajón de su escritorio; seguro de que nadie tenía acceso a ella. Un día en una reunión dos de sus nietos se encontraban jugando en la habitación donde el escritorio descansaba. Una cosa llevó a la otra y los dos pequeños dieron con la pistola, instantes después, uno de ellos le daba un disparo al otro.

Ya no discutamos la irresponsabilidad de tener un arma; si se sabe que hay niños o cualquier otra persona, ¿por qué no tomar las medidas necesarias para que no se tenga acceso a ella?, y ¿cómo alguien puede “conscientemente” guardar un arma cargada?

Se dice que la mayoría de los “accidentes” pueden ser evitados, los descuidos humanos son los que permiten que sucedan.

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