Para variar, es domingo, y en estos momentos no se me ocurre qué escribir. En fin, les platicaré sobre mi fin de semana:
Ayer comenzó otro curso de repaso para el examen de alemán, fuimos sólo cuatro, lo cual me hace recordar cada sábado, cómo extraño a mis demás amigos, a pesar de ello, me la paso bastante bien en mis clases. Saliendo de ahí (un poco tarde, por cierto), pasó por mí, mi otra familia. Nos dirigimos a comprar un nuevo mueble para el cuarto de mi novio y su hermano.
Mientras decidían si comprarían el mueble o no, fuimos a caminar por las otras tienditas, y terminamos "relajándonos" jeje, en unos asientos masajeadores que había en uno de los pasillos. La verdad es que se sentía muy bien el masaje que te daba este tipo de sillones, pero me pareció chistoso que todos nos quedábamos viendo al que estaba siendo masajeado.
La verdad es que usualmente no me sentaría a la mitad de una pequeña plaza en un asiento masajeador y permitir que todos me vieran, pues considero que soy una persona un poco (o mucho) penosa. Sin embargo, una de las cosas que más me gustan de estar con mi otra familia, es que, de alguna u otra forma, logran que ese tipo de situaciones (que a lo mejor no tienen tanta importancia, pero la mayoria de las veces yo sí se las doy) no me interesen tanto, y pueda divertirme con todos ellos.
Es un poco extraño, darse cuenta de qué tan diferente puede llegar a ser mi convivencia con mis dos familias, pero a la vez, qué tan similares pueden ser ambas en ciertas situaciones y detalles. Creo que mi entrada terminó dando un pequeño giro enfocado en mis familias. Las cuales, agradezco infinitamente que estén en mi vida. :]