México se encuentra inmerso en un ambiente de violencia. El actual presidente, Felipe Calderón, ha declarado que se está llevando a cabo una guerra en el interior del país, la llamada guerra contra el narcotráfico. Motivo por el cual, toda la seguridad del país, ha sido dirigida a controlar esta situación.
El gobierno federal ha decidido aceptar la "ayuda" que nuestro vecino del norte -EE.UU.- nos ha procurado "tan amablemente". Así, existe en el país un comando binacional (estadounidense-mexicano) encargado de "salvaguardar" la seguridad de todos los mexicanos, así como "disminuir el poder de las organizaciones criminales" y "reducir los ingresos obtenidos por el tráfico de drogas" como bien lo señala la Iniciativa Mérida.
Cada vez más, podemos darnos cuenta del nivel de cercanía, dependencia (los niveles extraordinarios de exportaciones e inversión extranjera), y del tipo de vínculos que se tienen con Estados Unidos; tanto, que es inevitable no comparar la Iniciativa Mérida con el Plan Colombia. Su parecido no puede ser cosa de simple casualidad, menos tratándose de nuestro vecino del norte.
Por otro lado, pero que no deja de estar relacionado con el vínculo que tiene México con Estados Unidos, encontramos el tema de la privatización, aún latente. Actualmente el negocio parece estar en "la electricidad", el cual resulta ser un sector estratégico en nuestro país, y más a raíz del golpe que se dio en contra de Luz y Fuerza del Centro.
Estados Unidos no sólo brinda "ayuda" para la seguridad interna del país, sino que también funge como guía y consejero de la dirección de las políticas que se están llevando a cabo (sin mencionar que se trata del primer socio comercial del país). Entonces ¿qué pasará cuando "sorpresivamente" la Comisión Federal de Electricidad sea relevada de sus funciones por "ineficiencia"?