Como todos sabemos, el envase es aquel recipiente que contiene un producto. Los más comunes son las botellas, latas, cajas, bolsas, así como muchos más.
En el caso de la música, podríamos DISCURRIR que el envase es aquella cajita de plástico o cartón, en su mayoría de casos que contiene el disco, el booklet, el artwork y el resumen de la obra intelectual de los artistas.
Un envase por naturaleza subjetiva, debe mantener siempre una armonía con el producto que contiene; los colores tienen que ser significativos para el consumidor. Y las imágenes son el alma de la obra que dicho envase posee.
La etiqueta es aquella adherida al envase, la cual nos informa sobre el producto, la empresa y toda la información que requerimos al realizar la compra del mismo.
Cuando tenemos un disco en nuestras manos, lo primero que hacemos es leer su etiqueta, misma que nos informa: el nombre del álbum, las canciones, y en ocasiones la duración de las composiciones.
RAUDAMENTE podemos percatarnos por la portada del disco, a que género musical pertenece, ya que la armonía mencionada anteriormente, no permite encontrar un disco de Death Metal con flores o parejas caminando en el campo; o un disco de Jazz Clásico cuya portada muestra edificaciones futuristas destruidas por catástrofes naturales, o por último, un álbum de música norteña con una portada llena de desmembramientos y esqueletos mutilados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario